Trabajar con proyectos de aula es una forma de aprender y de enseñar de manera participativa y compartida.




http://www.scribd.com/doc/20266793/Proyectos-Pedagogicos-de-Aula

lunes, 23 de agosto de 2010

¿Qué caracteriza un proyecto de aula?El Proyecto de Aula se caracteriza por:

• La dinámica interactiva que se genera en las relaciones permanentes de trabajo entre niños, con el educador, con los padres de familia y con la comunidad. Esta dinámica también se establece en la interacción de los niños con los materiales y los diversos espacios donde se dan los procesos de aprendizaje. Esto permite que se genere una actitud participativa, activa, de diálogo permanente, de investigación y desarrollo de la autonomía, posibilitando procesos de coevaluación y autoevaluación de niños y educadores.

• La fluidez y variedad de las actividades, pues los educadores y niños, en el momento de la planificación del proyecto, tienen ideas generales en base a las cuales plantean una o dos actividades con las que se inicia la ejecución del mismo. En torno a estas ideas irán surgiendo nuevas propuestas como consecuencia de las ya desarrolladas o por cambios de intereses de los niños. Esto posibilita la generación permanente de actividades variadas.

• La flexibilidad de las actividades planificadas, ya que en la ejecución del proyecto se puede modificar lo planificado a medida que se desarrolla el proceso. Esto permite responder a las necesidades reales de los niños, tomando en cuenta sus intereses, experiencias y ritmos de aprendizaje.

UN EJEMPLO DE TRABAJO CON PROYECTOS DE AULA(extractado de una experiencia sistematizada por el SEDUCA Bolivia)

María Patricia es una educadora que trabaja en una zona rural, tiene en su aula treinta niños cuyas edades oscilan entre cinco y seis años de edad. Ella comenzó el proyecto, que se describirá a continuación, durante la tercera semana de clases, aunque esto pueda parecer muy difícil porque los profesores estamos acostumbrados a que las primeras semanas aún no se desarrollen actividades de aprendizaje sino de “adaptación” a la escuela. Sin embargo, la experiencia realizada muestra que, desde el inicio de la gestión escolar, se puede trabajar con proyectos de aula y que éstos son, en sí mismos, un proceso de socialización y adaptación que permite a los niños integrarse a la dinámica escolar, a medida que se llevan a cabo diversas actividades de aprendizaje.

Las actividades del proyecto de aula desarrollado por María Patricia posibilitaron que:

- los niños y niñas se conocieran entre sí,
- conocieran a la profesora,
- la profesora pudiera conocerlos,
- desarrollaran varias competencias propuestas en el diseño curricular del nivel de Educación Inicial,
- los padres de familia participaran en las actividades

María Patricia relató su experiencia de la siguiente manera:
Empezaba la tercera semana de clases y pude observar que los niños tenían interés en conocer los libros que se encontraban en el aula, por lo que les propuse ir al rincón de la biblioteca y ver el material.

Sentados allí, conversamos sobre la experiencia que ellos tenían con libros y otros materiales escritos, ¿qué libros tenían en su casa?, ¿tenían periódicos, revistas?. Les pregunté sobre los contenidos, la forma de los mismos y si se acordaban de alguno de ellos. Los niños comentaron sobre cuentos de hadas y sobre leyendas narradas por sus padres y abuelos. Entonces, hablamos un poco sobre las diferencias y semejanzas entre variados tipos de texto, por ejemplo: cuentos, poesías, artículos de prensa, recetas. También conversamos sobre las historias que conocían porque se las habían contado sus familiares o amigos.

Tras la conversación, los niños tomaron algunos libros, los hojearon, compararon y opinaron sobre los mismos; hablaron sobre los dibujos y resaltaron las diferencias que veían entre libros, revistas y periódicos. Yo les iba preguntando: ¿cuáles libros tienen sólo letras?, ¿cuáles tienen letras y dibujos? y ¿cuáles sólo tienen dibujos?.

Sus respuestas me permitieron identificar algunos conocimientos que ya tenían acerca del lenguaje escrito y del sistema de escritura . Diferenciaron algunos tipos de texto, por ejemplo, los cuentos de las recetas y de las noticias periodísticas. Además, identificaron el tipo de soporte, decían que los cuentos venían en libros de cuentos, y las recetas en revistas o en periódicos. Algunos niños también identificaron los títulos, diferenciaron letras de dibujos, pero ninguno identificaba lo que estaba escrito, más bien, trataban de adivinar a partir de las ilustraciones.

Me pidieron que leyéramos alguno de los cuentos y elegimos "El Alfabeto" de Oscar Alfaro que se encuentra en la biblioteca del aula del nivel de Educación Inicial. Como es corto, lo leímos en poco tiempo y al finalizar comentamos acerca del título, los personajes y lo que les había gustado. Debido a que mostraron gran interés por seguir leyendo, decidimos traer de nuestras casas cuentos u otros materiales escritos para seleccionar algunos y leerlos en el aula.

Con el propósito de recordar el compromiso para el día siguiente, decidimos que los niños escribirían un mensaje dirigido a algún miembro de su familia para que los apoyara en la tarea. Escribieron como sabían hacerlo y yo reescribí el mensaje debajo de sus escrituras para que sus padres o familiares los entendieran.

Al día siguiente, reunimos los libros, revistas y periódicos que los niños habían traído y seleccionamos algunos para leer. Entre los elegidos se encontraba la fábula "La Liebre y la Tortuga", la cual leímos.

Al finalizar la lectura, comentamos acerca de los personajes y de lo que les había gustado de la fábula. Algunos niños expresaron su preferencia por la tortuga y otros por la liebre, por lo que los invité a jugar, imitando a los diferentes personajes. Al ver su interés, les pregunté: ¿cómo podríamos hacer una obra de teatro con la fábula de la liebre y la tortuga?. Esta pregunta les planteó un desafío que les gustó mucho y allí surgió el proyecto de aula, al cual le pusimos el siguiente nombre: Hacemos el teatro "La Liebre y la Tortuga"


Iniciamos el proyecto comentando sobre los personajes de la fábula, caracterizando cada uno de los animales (la tortuga es lenta, la liebre es veloz, etc.) y analizamos el mensaje que nos deja la obra.

Los niños propusieron quienes representarían a los diferentes personajes, tarea que no fue fácil ya que muchos querían ser tortugas y los demás querían ser liebres, por lo que les hice notar que en la fábula aparecían otros animales que también eran importantes. Al final, acordamos que habrían dos tortugas, dos liebres y otros animales que serían el público de la carrera en el bosque.

Para organizar esta actividad, elaboramos entre todos un cuadro de personajes. Los niños dictaron y yo escribí en el pizarrón.

Algunos niños no quisieron participar en la representación, pero decidieron intervenir en la realización de otras actividades que harían posible poner en escena la fábula. Elaboramos el cuadro de distribución de las tareas para la confección de disfraces, el armado del escenario y la selección de la música, todo esto lo escribimos en un papelógrafo y lo colocamos en un lugar visible del aula, con el propósito de que los niños y yo pudiésemos controlar la ejecución del proyecto, pensando también en que podríamos, posteriormente, aumentar otras actividades y evaluar el proceso.

PROYECTO: HACEMOS EL TEATRO “LA LIEBRE Y LA TORTUGA”.
Las preguntas que me guiaron la planificación son:
¿QUÉ HAREMOS? SELECCIONAR LOS PERSONAJES
¿CON QUÉ? PAPEL SÁBANA, MARCADORES, CINTA ADHESIVA MASKING
¿QUIÉNES? MARIA Y TODOS LOS NIÑOS Y NIÑAS
¿CUÁNDO? 2DE MARZO
¿DÓNDE? EN EL AULA

Como no teníamos todos los materiales, hicimos unas notas para pedir a los padres que nos ayudaran a conseguirlos.

Tomando en cuenta las actividades que los niños habían propuesto, como profesora, identifiqué algunos propósitos para mi trabajo:

• Promover que los niños desarrollen la expresión oral a través de diversas situaciones comunicativas.

• Apoyarlos para que, a través del juego escénico, desarrollen la capacidad de representación de diversos personajes.

• Impulsarlos a usar y producir textos escritos con fines comunicativos (invitaciones, programas), utilizando sus propias formas de expresión escrita.

• Fortalecer la autonomía de los niños.

• Ayudarlos a usar el cuerpo para comunicarse y expresar sentimientos, emociones y pensamientos.

• Ayudarlos a desarrollar actitudes de participación y respeto a los demás.

Tuve cuidado de plantearme estos propósitos tomando en cuenta las competencias propuestas en el diseño curricular para el nivel de Educación Inicial y seleccioné algunos indicadores para realizar el seguimiento de los aprendizajes de los niños.

Para ilustración: deberá ir manuscrito en una hoja de cuaderno (como si fuera una ampliación de una parte del cuaderno de registro)

COMPETENCIAS
Identifica la función comunicativa del lenguaje escrito en diversas situaciones de su vida cotidiana . Identifica situaciones de la vida cotidiana y escolar en las que se usa el lenguaje escrito.
INDICADORES
. Identifica las situaciones de uso de diferentes soportes de textos escritos
. Identifica diferentes tipos de texto de acuerdo a sus intenciones comunicativas
Expresa sus sensaciones, emociones, necesidades y sentimientos en la escuela y en situaciones de su vida cotidiana, utilizando diferentes medios de expresión (oral, motriz, plástica, musical y escénica).
A través del juego y la dramatización, representa diversos personajes en diferentes situaciones reales o imaginarias.
Elabora sus propias representaciones plásticas para comunicarse y expresar sentimientos, pensamientos y emociones, utilizando diversidad de técnicas

Considerando lo planificado con los niños, calculé que el proyecto requeriría de aproximadamente siete días para la realización de las actividades y poder finalizar con la puesta en escena de la obra.


EL PROYECTO AVANZA ...


Para empezar a desarrollar las actividades nos dividimos en grupos. Los responsables de hacer los disfraces, preparar el escenario y seleccionar la música trabajaron con mi orientación, por lo que me reunía con ellos en algunos momentos, en tanto los otros niños realizaban actividades libres o trabajaban en los rincones.

Los niños que confeccionaron los disfraces siguieron una serie de pasos: dibujaron la idea que tenían para hacerlos, en equipo discutieron cómo realizarían cada uno de ellos, tomando en cuenta las características de los personajes, seleccionaron el material, cortaron telas y papeles, colaron, cosieron y los probaron en los niños que personificarían a cada uno de los personajes. Una mamá los vio tan entusiasmados que vino a ayudarlos en sus momentos libres.

Los que prepararon el escenario trabajaron con la ayuda de un padre de familia. El señor preparó cajas de cartón para que los niños pintaran el paisaje. También hicieron algunos árboles, flores y hierbas con cartón y papel periódico que trajeron de sus casas.

Con el grupo que realizaría la escenificación, ensayamos diariamente la representación por partes, no con el fin de que los niños memorizaran los diálogos mecánicamente, sino para que cada uno representara su personaje como quisiera y se desplazara con libertad, sin un modelo preestablecido. Así les pude hacer notar que cada animal tiene características distintas y que teníamos que aprender a usar nuestro cuerpo para mostrar esas diferencias. En cada nuevo ensayo, los niños se mostraban más expresivos y se sentían alentados por sus compañeros que observaban los ensayos y comentaban al final, dándoles sugerencias.

Durante la realización de estas actividades, los niños intercambiaban opiniones entre ellos y conmigo acerca del material que usaban para los disfraces y el color con el que los pintaban. También solucionaban pequeños imprevistos que se presentaban al confeccionar sus disfraces y armar el escenario. Por ejemplo, no sabían cómo hacer para que los árboles se quedaran parados donde ellos querían, finalmente, lo resolvieron pidiendo a unos niños que los sostuvieran durante la presentación, así se creó el personaje de los árboles. En algunas ocasiones invitamos a niños del nivel Primario para que presenciaran los ensayos y nos ayudaran a organizar los diálogos y expresiones.

Permanentemente, yo comentaba y participaba en las actividades que realizaban los grupos, promoviendo el trabajo cooperativo, la originalidad, la creatividad, la resolución de problemas, los comentarios de sus dificultades y la búsqueda de soluciones. También intenté que argumentaran siempre sus propuestas y respetaran las opiniones de los otros.


EL PROYECTO SE AMPLÍA ...


Durante la ejecución del proyecto, los niños propusieron invitar a sus familiares y amigos a la presentación de la obra, así surgieron nuevas tareas que incorporamos en el papelógrafo elaborado el primer día:

• Entre todos, recortamos, dibujamos y pintamos tarjetas de invitación. Me dictaron el texto y yo lo escribí en cada tarjeta.

• Decidimos hacer una merienda comunitaria al finalizar la función. Cada niño traería algo para comer y compartir entre todas las personas que asistieran. Para ello, escribimos notas para que cada niño recordara lo que tenía que traer.

• Elaboramos el programa, los niños propusieron el texto, yo lo escribí en la pizarra, lo leímos, lo corregimos y lo reescribí en un papelógrafo. Como a algunos niños no les acababa de gustar, lo seguimos corrigiendo hasta que finalmente quedó como todos querían. Entonces, reescribí en un papelógrafo en limpio para colocarlo en la puerta. Los niños lo adornaron con recortes de revistas y periódicos.

Un día antes de la función, organizamos la escenografía, la música, adornamos el aula y entre los niños que no participaban en la representación, se distribuyeron responsabilidades para el día de la función: recepcionistas, acomodadores, presentadores y algunos que organizarían la merienda.


¡¡¡ Y.... LLEGÓ EL DÍA DE LA FUNCIÓN !!!


Asistieron familiares y amigos, los mismos que participaron ayudando en las diferentes actividades. Fue un día especial para los niños, se sentían muy contentos de atender a los invitados y mostrarles lo que habían preparado. Al finalizar la función, los padres los felicitaron mostrándose muy entusiasmados y proponiéndoles otras ideas para realizar. Además, les pidieron que los hicieran participar más en la preparación y desarrollo de los siguientes proyectos.

AHORA, ¡ A EVALUAR !


El lunes por la mañana, evaluamos el proyecto con los niños, desarrollé esta fase de la siguiente manera:

AUTOEVALUACIÓN Y COEVALUACIÓN DE LOS NIÑOS

• leímos las actividades del proyecto escritas en el papelógrafo, destacando cómo habían participado y qué habían aprendido.

• analizamos qué tareas no se realizaron y el porqué no se hicieron.

• evaluamos la actividad final del proyecto que fue la puesta en escena . Los niños expresaron cómo se sintieron al actuar y al recibir a sus familiares y amigos. Anotamos sugerencias sobre cómo hacerlo una siguiente vez.

EVALUACIÓN DE LA PROFESORA A LOS NIÑOS


• Durante la ejecución de las actividades del proyecto y, tomando en cuenta los propósitos que me había planteado al inicio, pude observar cómo los niños se fueron mostrando más seguros durante sus conversaciones, opinando, participando en las actividades que les gustaba, colaborando con sus compañeros, expresando sus emociones, alegrías y hasta enojos cuando no eran escuchados.

• También pude observar cómo, a lo largo del proyecto, se fueron enfrentando a dificultades y conflictos que resolvieron por sí mismos, con ayuda de compañeros o con mi apoyo.

• Durante la realización de las actividades, fue necesario transformar el espacio del aula y adecuarlo a las necesidades de los niños. Movimos las sillas y mesas abriendo un espacio para que los niños pudieran desplazarse mejor y crear sus producciones, tanto en forma individual como grupal.

• La dinámica generó un ambiente de trabajo muy interactivo, en el que los niños establecieron acuerdos, intercambiaron ideas y opinaron sobre lo que ellos o sus compañeros hacían.

• Con relación al desarrollo de las competencias de los niños y tomando como referencia los indicadores seleccionados, pude ver que identificaban la función comunicativa de varios tipos de texto, a excepción de Patricia y José que tenían dificultades para diferenciar los cuentos de las poesías. También detecté que Elizabeth aún no diferenciaba la escritura de los dibujos y que Juan, Pedro y David tenían dificultades para expresarse con su cuerpo, mientras que sucedía lo contrario con José, Camila y Manuel, quienes demostraron muchas habilidades para manejar su cuerpo como medio de expresión.

• En cuanto al trabajo que debo efectuar con ellos en adelante, creo que necesito apoyarlos más en el desarrollo de las competencias relacionadas con la aproximación al lenguaje escrito. Vi que avanzaron mucho en el desarrollo del lenguaje oral y en su capacidad de expresión corporal. También pude observar que iban adquiriendo mayor autonomía pues, en muchas ocasiones, tomaron decisiones adecuadas sin consultarme, ni buscar mi aprobación como al inicio.

• Otro aspecto importante es que los niños también aprendieron sobre la participación y el respeto a los otros al haber intervenido en la toma de decisiones, luego de escuchar los argumentos que todos exponían, tanto en la planificación del proyecto como en el desarrollo de las actividades. Este es un aspecto que les ayuda a desarrollar una actitud democrática, aspecto relacionado con la transversal de educación para la democracia.

AUTOEVALUACIÓN DE LA PROFESORA

• En cuanto a mi actitud frente al trabajo con proyectos de aula, al comienzo estaba insegura de cómo trabajar y si los niños iban a responder a esta modalidad. Sin embargo, a medida que transcurría el proyecto, pude observar que los niños sugerían diferentes actividades, expresaban sus sentimientos e ideas, comentaban, colaboraban y creaban. Descubrí la riqueza de conocimientos y aportes que trae cada uno de ellos.

• Considero que, con esta experiencia, en el futuro podré delegar más responsabilidades a los niños, ya que pude observar en mí una tendencia a dirigir las actividades, por miedo a que no se lograran los propósitos trazados.

• Lo importante es que se estableció una relación de igualdad donde respeté los diferentes ritmos y estilos de aprendizaje, las experiencias y vivencias individuales, creando un ambiente que permitió a los niños expresarse libremente.

Una vez concluido el proyecto, al mantenerse en los niños el interés por conocer otros animales, les propuse elaborar el álbum de los animales de nuestra región y de otros lugares, lo que se constituyó en un nuevo proyecto a través del cual continué promoviendo el desarrollo de las competencias establecidas para el nivel de Educación Inicial.


3. ANALIZAMOS EL PROCESO DE DESARROLLO DEL PROYECTO DE AULA

Tomando en cuenta la experiencia de Patricia, vemos que un proyecto de aula tiene las siguientes fases:

- Surgimiento
- Planificación
- Ejecución
- Evaluación

Estas cuatro fases se van desarrollando en espiral, pues una vez que el proyecto se pone en marcha, se va evaluando permanentemente y de esta evaluación pueden surgir nuevas actividades o puede darse que los niños y el profesor planteen otras ideas o necesidades. Por lo tanto, se vuelve a la planificación para luego continuar con el desarrollo de las actividades y la nueva evaluación. Ejemplo de esto es lo que ocurrió con el proyecto de Patricia, cuando los niños sugirieron realizar la merienda comunitaria con los padres de familia, situación que demandó planificar nuevas actividades.

a) Surgimiento del proyecto de aula

¿De dónde surgen los proyectos y en qué momento?, ¿dónde se los busca?. Estas son preguntas habituales que los profesores se hacen cuando inician su trabajo con proyectos de aula.

Muchas veces preguntamos a los niños ¿qué actividades quieren realizar?. A veces ellos sugieren algunas ideas, pero en otras ocasiones no obtenemos respuesta. Por ello es importante que, en el trabajo cotidiano, los profesores puedan identificar dudas, preguntas, curiosidades, intereses y necesidades de los niños, esto puede dar lugar al inicio de un proyecto de aula.

Los proyectos de aula pueden surgir de diversas fuentes:

• Surgen de los niños, cuando ellos proponen y elijen el problema o curiosidad que desean resolver y en torno al cual se van a desarrollar las actividades de un proyecto. Por ejemplo, un niño llega a la escuela y cuenta sobre el nacimiento de su hermano, convirtiéndose éste en tema de interés para todos. Esta situación puede generar una conversación con los niños que ponga de manifiesto su necesidad de saber ¿cómo nacen los bebés?, ¿cómo se cuidan?, ¿con qué pueden jugar?, ¿qué sentimos acerca de nuestros hermanos?. Estas interrogantes pueden desencadenar una serie de actividades para realizar un proyecto que busque responder a esas preguntas y curiosidades. A veces, para que los proyectos surjan de esta manera, es el profesor quien debe motivar al grupo a expresar sus ideas e inquietudes.
• Surgen de los profesores, a partir de sus propias ideas o experiencias en el aula. Por ejemplo, un profesor tiene una inquietud particular acerca de averiguar cómo vivieron los dinosaurios y por qué se extinguieron. El considera que esto podría llamar mucho la atención a los niños entonces, despierta su curiosidad y, si logra que se interesen por el problema propuesto, es posible desarrollar un proyecto de aula.

• Surgen de las actividades de los niños, a partir de la observación atenta que hace el profesor de sus interacciones en momentos de juego libre, de uso de rincones, en el momento de encuentro o en los diálogos espontáneos, en los que se puede detectar un problema, una curiosidad o una inquietud común a varios niños. Si esto sucede, lo propone como un posible proyecto de aula. Por ejemplo, el profesor nota el interés que tienen los niños por la historia de sus familias, pues observa que comentan acerca de sus abuelos, tíos y otros parientes. A partir de esta situación, puede proponer un proyecto para que conozcan la historia de sus familias.

• Surgen de los padres de familia, cuando ellos se acercan a la escuela y proponen actividades concretas o temas que consideran relevantes para ser abordados por los niños. Estas propuestas son tomadas en cuenta para trabajar en un proyecto de aula. Por ejemplo, un grupo de madres sugiere hacer un huerto escolar, preparar una merienda comunitaria o limpiar la zona. A partir de este tipo de sugerencias, se propone a los niños y a los padres trabajar en un proyecto de aula en forma conjunta.

• Surgen de la comunidad, cuando miembros de la misma sugieren un tema o un problema para que se aborde con los niños. Por ejemplo, el tratamiento de la diarrea o el recojo de la basura. También se puede trabajar en torno a algún problema o actividad comunitaria, por ejemplo, la falta de agua, la inauguración de una radio, un campeonato deportivo, etc. Todas estas actividades pueden ser aprovechadas para los proyectos de aula.

Esto quiere decir que, cualquier situación de la vida cotidiana del niño, de su familia, de la escuela y/o de la comunidad puede ser fuente para el surgimiento de un proyecto de aula. El contexto en el que se desarrolle este proyecto puede referirse tanto al entorno cercano como a acontecimientos o personajes lejanos al entorno del niño.

En realidad no existen recetas, dependerá de la capacidad del profesor el potenciar momentos, acciones, preguntas, problemas, necesidades e intereses comunes o individuales de los niños, de él mismo, de la familia y/o de la comunidad, para posibilitar el surgimiento de un proyecto. Son las interacciones que se dan en el aula, día a día, las que propician elementos para el surgimiento de los proyectos, sólo así podremos decir que realmente son significativos y que promueven la creatividad y compromiso de profesores y niños.


Por último, se debe tener en cuenta que en la práctica pedagógica cotidiana, pueden surgir muchos temas de interés para los niños, el profesor, la familia y la comunidad. Es el profesor quien, en última instancia, decidirá qué proyectos de aula van a desarrollar. Para esto, deberá considerar la relevancia social de los temas, los propósitos pedagógicos orientados por las competencias, además de la pertinencia sociocultural y psicológica en relación al grupo de niños con el que trabaja.

REFLEXIONEMOS:

¿Cómo surgió el proyecto que desarrollaron María Patricia y los niños de su aula?


b) Planificación del proyecto de aula

Planificar implica prever y organizar actividades orientadas a alcanzar un fin. Al planificar se establecen las acciones y modos de realizarlas.

La planificación permite tener la claridad suficiente sobre cómo organizar y sistematizar el trabajo en el aula, tomando en cuenta los intereses y necesidades de los niños y los propósitos pedagógicos que los profesores tienen en cada uno de los proyectos.

Un proyecto de aula se planifica conjuntamente con los niños, sin embargo, existe un proceso paralelo en el que el profesor articula la planificación realizada con los niños a sus propósitos pedagógicos. O sea que, se dan dos momentos: uno de planificación del profesor con los niños y otro en el que el profesor realiza una planificación pedagógica.

- La planificación que el profesor realiza conjuntamente con los niños tiene las siguientes intenciones:

• involucrarlos en la toma de decisiones y comprometerlos con el desarrollo de las actividades;

• plantear la finalidad del proyecto de aula para los niños (¿qué harán?, ¿qué problema resolverán y para qué?), dirigir su desarrollo, evaluarlo y hacer las readecuaciones necesarias;

• organizar las actividades de manera interesante y lúdica, y hacer que los niños recuerden sus compromisos y se preocupen por cumplirlos,

• promover la autoevaluación y coevaluación del proceso, entre y con los niños, a fin de que inicien procesos de reflexión sobre sus acciones y aprendizajes.

Es importante que esta planificación sea escrita por el profesor delante de los niños, a medida que se propone el proyecto y se lo ejecuta, y que se la coloque en un lugar visible dentro del aula a fin de que ellos puedan efectuar el seguimiento a las actividades planificadas, sugerir las modificaciones necesarias y realizar la evaluación del desarrollo del proyecto.

Durante la planificación, los niños y el profesor se plantean preguntas como ¿qué realizarán? y ¿para qué lo harán?. Así determinarán el tema problematizador en torno al cuál trabajarán el proyecto, dando sentido a las actividades que propongan. En el caso del proyecto desarrollado por Patricia, el tema problematizador fue: ¿Cómo podríamos hacer una obra de teatro con la fábula de la liebre y la tortuga?

La finalidad del proyecto de aula se manifiesta en el título, de tal manera que al mencionarlo se hace evidente hacia dónde se orientan las actividades a desarrollar. Esto permite que los niños, el profesor y los padres de familia que participan tengan siempre presente la finalidad de las actividades que desarrollan. Por ejemplo, si los niños y Patricia hubieran titulado el proyecto como: “La Liebre y la Tortuga”, éste no les hubiera permitido orientarse hacia la finalidad del proyecto, pues no sabrían si se trataba de crear un cuento o de buscar información sobre esos animales. Por ello, es importante que el título sea claro y oriente adecuadamente las actividades hacia la finalidad del proyecto de aula.

Una vez acordado el tema problematizador y planteado el título del proyecto de aula, entre niños y profesor proponen y organizan las actividades, determinando el tiempo y los recursos materiales que serán necesarios, además de asignar responsabilidades de manera individual y grupal.

- La planificación pedagógica que elabora el profesor en forma paralela:

• Está orientada a precisar los propósitos pedagógicos que definirán las intervenciones didácticas del profesor para apoyar a los niños a desarrollar las competencias definidas para el nivel.



Los propósitos pedagógicos son las intenciones que, como profesores, planteamos en cada uno de los proyectos para ayudar a los niños a construir sus aprendizajes. Están orientados por el diseño curricular propuesto por la Reforma Educativa a través de los siguientes elementos:

• Las competencias e indicadores del tronco común
• El enfoque del nivel de educación inicial
• Las áreas de conocimiento y los temas transversales
• Los temas problematizadores que pueden ser propuestos por los niños o los profesores en función de los ejes temáticos. (También se puede tomar en cuenta los sugeridos en este documento en el apartado 4)

Al organizar el proceso de planificación, el profesor puede hacerse algunas preguntas como las que se formuló Patricia al iniciar el trabajo con el proyecto de aula, las mismas que guiaron su planificación y orientaron sus decisiones didácticas.

La planificación se constituye en un instrumento de organización que permite prever las situaciones de aprendizaje que se desarrollarán en función de resolver la duda, problema o curiosidad que la originó y en función de los propósitos pedagógicos a ser alcanzados, tanto por los profesores como por los niños. Sin embargo, esta planificación es flexible y permite incorporar cambios que se consideren necesarios o importantes a medida que se desarrolla el proyecto.

Es importante destacar que el proceso de planificación es un momento de negociación entre los niños y entre ellos y el profesor, en el cual se toman acuerdos y se asumen compromisos para ser cumplidos. Este proceso de negociación implica que, tanto niños como profesor, deben argumentar sus propuestas para que sean consideradas y tomadas en cuenta como parte del plan de actividades y así aprender a participar respetándose mutuamente.

c) Ejecución del proyecto de aula

Una vez tomados los acuerdos para desarrollar las actividades y planteados los propósitos pedagógicos, se pone en marcha el proyecto.

Durante el desarrollo del proyecto de aula, el profesor trabaja situándose en dos planos que se interrelacionan permanentemente:

• UN PRIMER PLANO, orientado por los intereses que los niños manifiestan para realizar las actividades y que es importante satisfacer para mantener su atención en el desarrollo del proyecto. En la experiencia de María Patricia, ella tomó en cuenta la propuesta de invitar a los padres para que asistieran a una merienda, esto motivó a los niños a desarrollar nuevas actividades que fueron aprovechadas por Patricia para apoyarlos en el desarrollo de nuevos aprendizajes.

• UN SEGUNDO PLANO, orientado por los propósitos pedagógicos. En función de éstos, el profesor incorpora actividades específicas de aprendizaje o brinda el apoyo que los niños requieren para avanzar en sus aprendizajes, en relación directa con el proyecto que se está trabajando. Por ejemplo, en el proyecto de escenificación de la fábula, los niños plantearon invitar a sus familiares y amigos a la puesta en escena y Patricia aprovechó esto para sugerir la elaboración de invitaciones, logrando que los niños produjeran un texto con una función social definida.

La incorporación de nuevas actividades implica para niños y profesores un nuevo proceso de negociación, en el cual ambas partes proponen y argumentan las razones por las cuales consideran importante realizar estas actividades, clarificando así la razón de llevarlas a cabo.

A la ejecución se le dedica mayor tiempo, puesto que es la etapa en la que se ponen en marcha las actividades planificadas. Durante la misma, un aspecto que preocupa a los profesores es la administración del tiempo. Sin embargo, como se dijo anteriormente, el período de duración no es fijo y va a depender de:

- la organización de las actividades en el aula y el hecho de que, en el transcurso de una jornada de trabajo, se desarrollan diversos tipos de actividades que no pueden ser dejadas de lado y por lo tanto, deben ser alternadas con las del proyecto, por ejemplo:

• actividades cotidianas o rutinarias como el aseo personal y del aula, los momentos de encuentro, la conversación inicial, el uso del calendario,

• actividades sociales y comunitarias como un paseo u horas cívicas, que no necesariamente están enmarcadas dentro de un proyecto de aula,

• las actividades libres, fuera de los recreos, en las que los niños juegan y se interrelacionan libremente entre sí. Ejemplo de esto es el uso de los rincones de acuerdo a los intereses de los niños.

- El interés que tengan los niños en torno a las tareas que realizan juega un papel importante en el desarrollo del proyecto. Por ello, es necesario proponer permanentemente nuevos desafíos y determinar si lo que hacemos nos lleva efectivamente a resolver la duda, problema, pregunta o inquietud que originó el proyecto. Si las actividades planificadas no son ya del interés de los niños o si surge otro tema de mayor interés para ellos, es mejor iniciar un nuevo proyecto, efectuando previamente un cierre y una evaluación del proyecto de aula que se finaliza.

En este caso, es necesario hacer lo posible por mantener el interés de los niños en las actividades. Esto es particularmente importante en el nivel de Educación Inicial, ya que cuando los proyectos son muy largos o las actividades se repiten, los niños pueden aburrirse y perder el interés.

- El surgimiento de nuevas propuestas o inquietudes que puedan darse en el transcurso de la ejecución del proyecto de aula, y que merezcan ser atendidas a través del desarrollo de actividades distintas o de otro proyecto. Esto puede generar un proyecto posterior, o uno paralelo, que podrá enriquecer las experiencias de aprendizaje de los niños, no significando esto una pérdida de tiempo sino, por el contrario, una oportunidad para apoyar su desarrollo.

Por otro lado, es importante tener en cuenta que se pueden llevar a cabo dos proyectos al mismo tiempo (dependiendo de la magnitud de las tareas planteadas). Por ejemplo, podemos ejecutar un proyecto de limpieza del aula, que se extenderá a lo largo de todo el año y, paralelamente, realizar los proyectos específicos que van surgiendo durante la gestión. Si esto sucede, se debe tener en cuenta que, al pasar de un proyecto a otro, no es recomendable interrumpir las actividades en las que los niños se encuentran interesados. Por esto, se debe estimar el tiempo destinado a las actividades cada día, o bien alternar por días el desarrollo de los proyectos de aula.



REFLEXIONEMOS:

Si retomaras el proyecto desarrollado por María Patricia y quisieras enfocarlo desde otro punto de vista, ¿qué otras actividades enriquecerían el proyecto de aula?, ¿qué otros propósitos pedagógicos te plantearías?


d) Evaluación del proyecto de aula

La evaluación es un proceso permanente que nos ayuda a detectar los avances, las potencialidades y/o las dificultades que se presentan en la ejecución de un proyecto de aula, en las actividades sugeridas y en los aprendizajes de los niños.

En la propuesta pedagógica de proyectos de aula, la evaluación la realizan de manera conjunta los niños y el profesor. Para evaluar se usan paralelamente varios instrumentos como la observación, el cuaderno de registro, el archivador personal y las entrevistas . Cada profesor elige el instrumento apropiado, según el momento y el tipo de resultados que se desean obtener.

¿Qué se evalúa?

- Las actividades, durante su ejecución y también al concluirlas. Por ejemplo, ¿cuáles se han realizado?, ¿qué otras actividades les gustaría efectuar?, ¿qué problemas y logros tuvimos en el desarrollo del proyecto?.

- Los logros y dificultades de los niños en el aprendizaje a lo largo de la ejecución del proyecto de aula. Por ejemplo, ¿participan espontáneamente?, ¿comparten sus dudas, inquietudes y conocimientos con sus compañeros?, ¿hay algunos niños que necesitan apoyo?, ¿qué aprendimos?, ¿qué competencias han desarrollado?, ¿qué dificultades encontramos y aún no resolvimos?.

• La participación de la familia y la comunidad en el desarrollo del proyecto y en la construcción de aprendizajes de los niños. Podríamos preguntar: ¿ha participado la familia y/o la comunidad en las actividades desarrolladas?, ¿cómo podemos motivarlos para que participen más?, ¿en qué han participado y cómo se sintieron?, ¿los niños aprovecharon la participación de sus padres?, ¿les ayudó e incentivó contar con el interés de sus familiares y amigos de la comunidad?.

- La participación de los profesores: ¿el proyecto surgió del interés de los niños o del profesor?, ¿se dio a los niños y niñas la misma oportunidad de participar?, ¿se alcanzaron los propósitos planteados en el proyecto?, ¿ por quién fueron planteadas las actividades?, ¿las actividades propuestas fueron pertinentes?, ¿gustaron a los niños los juegos y actividades propuestas?.

¿Cuándo se evalúa?

El proceso de evaluación tiene diferentes momentos: se evalúa al comenzar el proyecto de aula, durante el proceso de ejecución y al finalizarlo.

Evaluamos al comenzar cada proyecto, realizando una contextualización del tema problematizador elegido e identificando conocimientos previos a través de conversaciones, observación, juegos, el archivador personal, etc. Estas acciones e instrumentos nos permiten conocer los saberes previos de los niños sobre el tema que vamos a abordar, así como sus necesidades e intereses. Esto nos permitirá organizar y orientar las primeras actividades para el desarrollo del proyecto de aula y contar con un diagnóstico a partir del cual se pueden definir los propósitos pedagógicos, para luego evaluar los avances de los niños y la ejecución del proyecto.

Durante el desarrollo de las actividades, realizamos una evaluación de análisis y apoyo en el proceso para:

- verificar los logros y dificultades en el aprendizaje de los niños, así como sus necesidades de apoyo. De esta manera, podremos plantear nuevas actividades o realizar intervenciones didácticas específicas con relación a algún niño;

- verificar si los niños están desarrollando las competencias planteadas;

- realizar el seguimiento a la ejecución de las tareas en general, determinar si la planificación realizada con los niños es adecuada y si se lleva a cabo sin dificultad o requiere modificaciones;

- revisar permanentemente el desempeño que se tiene como profesor, a fin de readecuar las estrategias de apoyo a la construcción de aprendizajes y de organización del trabajo con los niños.

Realizamos una evaluación final o acumulativa en el momento de cerrar o dar por concluido el proyecto de aula, para reflexionar sobre todo lo aprendido, identificar los avances y dificultades que se tuvieron en el transcurso de su ejecución, analizar el desarrollo de las actividades, determinar el nivel de logro de las competencias seleccionadas, los propósitos planteados y pensar en otros proyectos que se podrían desarrollar.

¿Quiénes evalúan?

Los profesores, evalúan los aprendizajes de los niños y paralelamente hacen una reflexión sobre su propia práctica en el aula (autoevaluación), preguntándose por ejemplo, ¿cuál fue la actitud que tuvieron ante los niños, principalmente ante aquellos que presentaron dificultades en el aprendizaje?, ¿qué actividades gustaron a los niños y por qué?, ¿se promovió suficientemente la participación de la familia y la comunidad en las actividades del proyecto de aula?.

Los niños, con el apoyo del profesor, se evalúan unos a otros (coevaluación) y a sí mismos (autoevaluación) realizando un análisis de sus aprendizajes y su participación en las actividades del proyecto. También evalúan al profesor manifestando sus puntos de vista sobre el apoyo que les brindó, sus sentimientos a lo largo del proyecto, la relación que establecieron con él, etc.


Los padres de familia, con el apoyo del profesor, evalúan las actividades y determinan si éstas respondieron a las necesidades de los niños, ofreciendo sugerencias y aportes para enriquecer el trabajo en el aula. También realizan una autoevaluación de su participación en las actividades del proyecto, logrando con esto involucrarse más en el proceso educativo de los niños.

Toda la información obtenida en la evaluación puede ser anotada en el cuaderno de registro. El profesor también puede utilizar otros instrumentos como el diario de aula, el registro de observación sistemática, el registro anecdótico o la lista de cotejo y utilizar luego esta información como insumo para nuevas planificaciones y para elaborar los informes de avances de los niños.

No hay comentarios:

Publicar un comentario